La duda, la incertidumbre de una sospecha, es terrible.
La duda te golpea cada día con la desconfianza y percute tu mente como un martillo neumático.
La duda erosiona la mente como el agua la roca de una fuente.
La duda es un vacío y el vacío, tiende a llenarse. Como cuando abres un bote de pelotas de tenis y hace pufff! Una pequeña explosión por el aire que entra veloz, al instante.
En la mente, también se llena el vacío de la duda y lo llena automáticamente y por norma general, con algo negativo, generando también, una pequeña deflagración metafísica.
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